En el post anterior te dábamos algún consejo sobre qué hacer en un día lluvioso en Mallorca. Bueno, en realidad alguna pincelada de cosas que hacer. A continuación, te ofrecemos otras opciones igual de válidas que las anteriores. Eso sí, una cosa hay que tener en estos días: ¡PACIENCIA!
¿Por qué te decimos que debes tener paciencia?
Pues muy fácil. Al llover, aunque sean dos gotas, la isla parece que colapsa, o al menos eso nos parece a los que somos de aquí. Si a eso le sumas la cantidad de gente – con sus coches de alquiler, que busca hacer algo distinto y acaban todos en los mismos sitios, se hace más largo llegar de un sitio a otro y los atascos son una realidad en estos días.
Por cierto, esos mismos sitios suelen ser: centro de Palma por sus tiendas y restaurantes, centros comerciales (en la parte 3 te contamos más y te daremos algún consejo/truco 😊)
Eso sí, ahora, vamos a lo que nos ocupa ahora mismo. Porque sigue lloviendo y hace frío y hay que hacer cosas (si no has optado por Spa y relax en tu hotel o complejo). Let’s do this!
Ya sea por la zona de la capital o algún pueblo (hay muchos y con mucho encanto), te recomendamos que hagas una ruta por edificios emblemáticos: iglesias, catedrales, antiguos palacios, edificios históricos restaurados.
Los mercados cubiertos son pequeños universos de aromas, colores y vida local. Camina entre puestos de productos locales (frutas, verduras, especialidades artesanales), observa cómo se mueve la gente, entra en salas interiores contiguas. Es ideal para explorar, curiosear y sumergirte en la cotidianidad. Además, muchos mercados ofrecen espacios donde enseñan productos, artesanía o arte local dentro del propio recinto. -También tienes una entrada sobre ello de hace unos meses. ¡Ve al índice del blog y disfruta!-.
Algo más que un simple turista. En efecto, y aunque lo parezca, no te has vuelto loc@. Has leído correctamente. Si ya te sentías turista, un día lluvioso es el momento perfecto para “ser artista por un rato”. Apúntate a talleres: cerámica, mosaico, laboratorio de tintes, trabajos con madera local, clases de pintura, o talleres donde se enseña alguna técnica tradicional de la isla. Así te vas con algo hecho por ti, un recuerdo con tu huella.
No obstante, si tu ideal de diversión es más calmado, también tenemos opciones para quienes disfrutan del silencio y el conocimiento. Navegar entre libros es viajar sin moverse, y la isla tiene infinidad de localizaciones para ello. Busca bibliotecas o espacios culturales con colecciones sobre Mallorca, su historia, su literatura. Pasa una mañana tranquila hojeando mapas antiguos, memorias locales o textos de viajeros. A veces encuentras rincones de lectura con ventana a la calle lluviosa: muy evocador.
Momentos de introspección: cafés con encanto, escritura o música
Aunque no nombremos cafés, seguro que encuentras rincones acogedores donde refugiarte. Ese momento de pausa en medio de la lluvia puede transformarse en uno de los recuerdos que más atesoras: escribe lo que ves, siente el contraste entre el interior cálido y el sonido del agua, escucha música local. Haz de esa pausa una experiencia tuya.
¡Esto también es cuidarse y mimarse, sin necesidad de excederse en lo que uno gasta! Small and simple things!