En esta ocasión os queremos mostrar uno de los pueblos más significativos de la isla de Mallorca. A escasos 20 minutos en tren desde Palma -y con una comunicación por carretera magnífica-, Santa Maria (o Santa María del Camí) ofrece tranquilidad, naturaleza, deporte y vida social para todos los públicos.

Parròquia de Santa Maria del Camí
En un enclave espectacular, rodeada de viñedos, con múltiples rutas de senderismo y ciclismo, el municipio mallorquín, que cuenta con más de 7.500 habitantes, permite a sus residentes tanto locales como internacionales (muchos turistas lo han visitado y han decidido establecer su residencia aquí) disfrutar de la calma alejada del bullicio de la capital, al tiempo que los conecta con otros pueblos de la zona.
Un resort de paz, ambiente local con mucho encanto, pero con mucho movimiento, y unas bodegas impresionantes, hacen que Santa Maria se convierta en uno de los lugares más visitados de la isla. No solo en verano, sino también en invierno, primavera y otoño
Imagina un paseo por sus calles, con la arquitectura característica mallorquina, tomar un café en la plaza del pueblo donde los vecinos intercambian conversaciones sobre la vida, el tiempo, la gastronomía… En definitiva, momentos mágicos, especiales y que generan emociones y recuerdos para siempre.
Una gastronomía típica de la isla, con recetas tradicionales que hacen que no se pierda la magia que Mallorca, y que deleitarán tu paladar (en entradas anteriores puedes descubrir muchas 😊). Todo maridado con vinos locales que, como es el caso de Macià Batle, llevan haciendo disfrutar tanto al consumidor local como internacional desde 1856.

Bodegas Macià Batle. Santa Maria del Camí
Eso sí, te recomendamos que visites sus bodegas, ya que a diario ofrecen tours por sus instalaciones, explicación de cómo se hacen los vinos y toda la historia tanto del pueblo como la marca vinícola mallorquina.
Pero si después del paseo por sus calles, la visita a las bodegas y disfrutar del clima autóctono aún te quedan ganas de conocer más la zona donde se encuentra Santa María, aquí tienes otros pueblos que te encantarán y harán que te enamores, aún más, de la isla: Bunyola, Binissalem, Santa Eugènia, Alaró y Orient.
Como siempre, te sugerimos que te ‘pierdas’ por las calles y pueblos cercanos, ya que es la mejor forma de conocer y disfrutar la magia que esconde nuestra isla.